Acabo de visitar el blog Oculimundi y leo, en este artículo que tiene fotografíado Negre, estas frases antológicas: «El peor daño que se le puede hacer a una persona es darle todo. Quien quiera anular al otro sólo tiene que evitarle el esfuerzo, impedirle que trabaje. […] Aquellos sistemas que por amor o por demagogia sistemáticamente le regalan todo a la gente, la vuelven la más pobre entre las pobres.[…] Quien ha recibido todo regalado se transforma en un indigente porque asume la posición de la víctima que sólo se queja».
Por su parte, Pilar Guembe y Carlos Goñi en su blog familia actual escriben sobre la familia filiocéntrica «donde el centro son los hijos y los padres pululan a su alrededor. Son los hijos los que van de acá para allá, de la casa de la madre a la del padre, pero conforman el núcleo de una estructura que sólo se mantiene por razón de ellos». Y añaden: «Como el zorro que borra con su cola sus propias huellas, este nuevo modelo elimina lo que afirma con lo que niega, porque la educación de los hijos fracasa paradójicamente cuando los convierte en absolutos» Y más adelante: «los niños hiperregalados, los llamados pequeños tiranos o el conocido como “síndrome del emperador”, son manifestaciones que ponen en tela de juicio una estructura que pretende sostenerse por lo que quiere sostener»
También José Luis y El País, se hacen eco de una advertencia del Defensor del Menor de Andalucía que en su último informe habla de una generación de principitos poco dispuestos a aceptar unas circunstancias adversas como las actuales y que, acostumbrados a tenerlo todo, no saben asumir el dejar de tenerlo, pagándolo con sus progenitores a quienes insultan, humillan y maltratan.
Por último, Javier Urra ha abierto una web —desde el nombre, recurra.com, muy centrada en él mismo, todo hay que decirlo— en donde explica que el fenómeno de los niños maltratadores va en aumento —«El Defensor del Menor, jueces, psicólogos y el propio Gobierno regional han alertado sobre el aumento de estas denuncias en la comunidad, las cuales se han duplicado en tres años, pasando de 213 en 2007 a 401 en 2010»— y pone a disposición de los padres todo un entramado de asistencia para el tratamiento de estos casos.
¿Qué está pasando en el medioambiente simbólico?




Gracias por la referencia, Pepe.
He leído el artículo que comentas del blog Familia actual, con el que estoy muy de acuerdo. Los niños y adolescentes que tenemos son lo que nos merecemos como sociedad: unos tiranos sin ninguna capacidad de aceptación de la frustración, hiperregalados (me ha gustado mucho esta descripción).
Creo que lo que está pasando es que nos hemos equivocado como sociedad, que la generación anterior a la nuestra de padres jóvenes y la nuestra ha metido la pata hasta el fondo, confundiendo el ser padres con el ser «colegas», junto con un sistema educativo que no funciona en absoluto…
Lo que me da miedo es lo que pasará con esta generación de niños. ¿Serán capaces de algo? No sé si la situación de larga crisis que van a vivir, sobre todo los jóvenes que se creían dueños de todo, les hace conocer valores que reconduzcan su vida…
Un saludo.
Yo creo que sí, Negre, que los jóvenes de ahora están encontrando valores que les servirán para tomar las riendas de sus vidas. Entre otras razones, como muy bien apuntas, porque la crisis está siendo y aún será «larga» ( y no me refiero sólo a la nuestra, la de España). Desde luego, la existencia «hiperregalada» será cada vez menos viable.
Pepe: Es la primera vez que te hubiera cambiado el título de un post. Y no es que no sea acertado el que has puesto, pero qué tal ¿Amores que no dejan vivir? o ¿Amores que quitan la vida?
Tu oportuna pregunta abierta nos invita a la reflexión para que desde cualquier sensibilidad intentemos fijar las posibles explicaciones al fenómeno, que, aunque tenga numerosísimas excepciones (¡oh paradoja!), no es posible negar su existencia en grado general. En todo caso, nuestros «emperadores» y sus cómplices tienen entidad numérica más que sobrada como para constituirse en un auténtico problema social. Dos ideas:
Me parece buen punto de partida la consideración de que «tenemos los niños, adolescentes y jóvenes que nos merecemos». Hemos abandonado con mucha alegría y hasta con suficiencia y chulería, el cultivo de nuestra vida espiritual o vida interior en épocas de vacas gordas que han sido; ahora, en las de las flacas que han venido, recogemos los «frutos» de aquella magra siembra. Pusimos nuestras vidas en manos del sistema consumista en lugar de en las nuestras… y ¡he aquí lo que nos devuelve la materia de lo material! Nada. Y al hombre (al niño, al adolescente,al joven) le duele la Nada porque está hecho para el Todo.
«Quien ha recibido todo regalado se transforma (es transformado) en un indigente porque asume (experimenta) la posición (en que ha sido colocado) de víctima (y) que sólo se queja (en consecuencia)». Y no solo sólo se queja, también se «resiente» contra quienes no le han dejado vivir como hombre libre (aunque esto lo racionalice mucho más tarde), paradójicamente quienes más le han querido… pero mal: sus padres. No es tan raro que a veces ese «resentimiento», de no resolverse, termine en el más intenso de los odios que no es sino la manera que amar pero al revés, amar desde la posición en que fue colocado de niño, adolescente y joven.
¿Qué está pasando en el medioambiente simbólico?: que está poblado por hombres despersonalizados. ¿Quién es responsable de ello? El hombre.
José Luis
Escrito por Larry Towell, nuestro fotógrafo del día. Es buenísmo y no lo conocía. Toda una sorpresa.
«Si hay un tema que conecta todo mi trabajo, pienso que es el de los sin-tierra, es cómo la tierra hace a gente como es y lo que les sucede cuando la pierden y pierden así sus identidades.
El blanco y negro sigue siendo la forma poética de la fotografía. Lo digital es para el momento; el blanco y negro es una inversión de tiempo y amor».
José Luis
Nada como acabar un post preguntando para que te contesten ¿no?. ¡Vaya par de comentarios! Espero que los lectores del post también los lean.
Buenísimo el fotógrafo, efectivamente. Gracias por la recomendación.