Quesabesde.com, se hace eco de la entrega del Premio Ortega y Gasset en su modalidad de periodismo gráfico a esta fotografía de Jacobo Méndez, tomada en Valencia:

A José Luis Rodríguez, fotógrafo, le escandaliza la elección y nos manda el siguiente comentario:
«Me sorprende la elección. No me parece una fotografía significativa: al menos si comparamos su valor icónico-simbólico por ejemplo: con «la flor y el fusil» que fijó en el imaginario colectivo la Revolución de los Claveles de nuestros vecinos lusitanoscon el hombre resistente y desarmado (con él y en él, el mundo entero) frente a los tanques rusos en la invasión a Checoslovaquiay con tantas y tantas celebérrimas imágenes que nos ha dejado el reporterismo gráfico del siglo XX.La foto es sencilla en la forma y en la factura. Salvo las grafías, no aporta ningún elemento icónico que actúe como referente de los hechos. Sin embargo, «El jurado reconoce el gran simbolismo de la foto que “recoge como pocas el espíritu del movimiento del 15M. Es esperanzadora y representa todo un fenómeno que va más allá de lo cultural y lo social. Tiene una composición clásica dentro de la espontaneidad del movimiento». (¿?)Ni la foto revela el mismo valor, ni el acto lo tiene. En las bases del concurso leemos: «La categoría ‘Periodismo gráfico’premia a la mejor fotografía publicada en 2011 en un medio de comunicación«. Es decir: para El País, esta imagen es lo mejor que se ha publicado en cualquier medio de comunicación en el mundo durante todo el año 2011. Es un ámbito espacio-temporal enormemente amplio y, en él, «esto» ha sido lo mejor que ha encontrado el jurado de los Premios Ortega y Gasset que, como es de suponer, quién podría dudarlo, ha sido un jurado fundamentalmente técnico porque —base 6— es: «un jurado constituido por personalidades relevantes del sector de la comunicación y de la vida económica, cultural y social y asistido en sus deliberaciones por un secretario con voz y sin voto«. Es decir, todos expertos fotógrafos.Lo que es la edad, Pepe, ya no serviría ni para jurado.»Un abrazo, amigo.»
«Ni la foto revela el mismo valor, ni el acto lo tiene», dice José Luis. O quizá la debilidad de la fotografía y del premio es, precisamente, la debilidad informativa del acto del que se hace eco y que se quiere reforzar inútilmente con la elección de la fotografía. ¿Es un premio a la foto o a lo fotografiado?
Coda: el jurado lo compusieron: la actriz y directora de teatro Blanca Portillo; los exdirectores de EL PAÍS Jesús Ceberio, Juan Luis Cebrián y Joaquín Estefanía; la escritora y periodista Soledad Puértolas; los periodistas Iñaki Gabilondo y Soledad Gallego-Díaz, y el actual director de EL PAÍS, Javier Moreno.
Referencias:





Sí, Pepe, el título que has puesto da en el quid del asunto. Sin duda, se ha premiado a lo fotografiado. Gracias.
José Luis.
Ah! genial la coda…¡jajaja!
Gracias a ti, amigo. Queremos que la FOTOGRAFÍA tenga un sitio de honor en este blog.
Pues yo si creo que el hecho tiene un valor, si es eso lo que hay que valorar en una fotografia. Es precisamente el valor de revelarse a pesar de no tener que enfrentase a la violencia de los tanques. El haber encontrado una violencia oculta a la que oponesrs en una aparente sociedad de bienestar.
Si te refieres al 15M estoy de acuerdo contigo. A mí me pareció refrescante, sincero y espontáneo al principio. Un signo de esperanza en una sociedad desesperadamente apática y pasiva. Ahora bien, en una fotografía, como dices, no es el hecho sino su valor fotográfico o simbólico lo que le hace distinguirse de otras.
Pero es obvio, Amanda, que el valor positivo del 15M que véis tanto tú como Pepe, no aparece, no queda expresado, en la imagen premiada. Son cosas distintas: la opinión, mejor o peor, que se tenga del movimiento del que se trata, y el valor «simbólico» que encierre una imagen para expresar esa opinión. Fíjate si es así (en mi opinión) que la lectura icónica de la imagen de referencia supone casi un contravalor de los defendidos por el movimiento: vemos a unos jóvenes que están sustituyendo (reemplazando, cambiando) el nombre de una plaza por otro nombre, por uno nuevo. Este gesto significa: «dar muerte al título que designaba la anterior función, «l´ajuntament», y dar vida a una nueva realidad: la del «quinze de maig». Pero, como sabemos, los espacios urbanos comunes, lo son de todos los ciudadanos «ayuntados», y la institución que los representa se llama «Ayuntamiento». «Todos» los ciudadanos del mismo municipio están representados por su Ayuntamiento. Por ello, la «Plaça de l´Ayuntament» es un espacio urbano que «pertenece» a todos. Por el contrario, la nueva «Plaça del Quinze de Maig» parece pertenecer tan sólo a los ciudadanos simpazantes con dicho movimiento. O, dicho de otro modo, parece «imponerse» a todos los ciudadanos la «nueva» reaalidad que se ha creado. Sin embargo, en sus postulados originales, el 15M propugnaba la aceptación de todos los ciudadanos, al margen de sus ideologías…
José Luis