Otro grano de arena, otra taza crítica en el análisis de la lectura digital y la introducción irreflexiva de las pantallas en la escuela:
- Hay un proyecto europeo muy serio de investigación sobre los efectos de lo digital en la lectura.
- El ciberoptimismo reinante asume sin reflexión la hegemonía de las pantallas, incluido el mundo educativo.
- Sin embargo, antes de abrazar alegremente esta avalancha como positiva habría que reflexionar y medir sus efectos.
- Es lo que pretende este proyecto.
- Las ventajas de las pantallas para leer son obvias (pero pocas): fácil e ilimitado almacenamiento, tamaño de las letras, iluminación propia, saltar de una a otra plataforma a través de los enlaces.
- Los inconvenientes no son tan obvios, pero son más y más perniciosos en sus efectos: dificultad para leer textos largos, lo leído se recuerda peor, disminuye la conexión emocional con el contenido, se entorpece la compresión intelectual, se pierde concentración; en el caso de los llamados nativos digitales cuyo soporte ya no de lectura, sino vital son las pantallas: dependencia y/o adicción , pérdida de la conexión con la realidad física, ausencia de empatía, aislamiento social, empobrecimiento de la fantasía, falta de concentración, vocabulario limitado, dificultad para el pensamiento abstracto.
- Dado el precio negativo a pagar, es incomprensible el entusiasmo reinante.
- En Harvard, se está estudiando la escritura digital concluyendo que la toma de apuntes a mano es mucho más eficaz que la que se hace con pantallas.
- A pesar del entusiasmo ciberoptimista inicial, la venta de dispositivos digitales de lectura se ha estancado: parece que el papel resiste.
- Una anécdota deliciosa: chavales daneses que estudian ya con IPad relataban cómo les encantaba ir a las librerías a ojear, hojear y sentir en las manos los libros de papel.
Referencias
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