En un reportaje de Fernando Goitia con fotos de Daniel Méndez, de nuevo XLSemanal aborda un tema tecnológico hoy por hoy fundamental: dar voz y rostro a algunos de los padres que se han rebelado y, sobre todo, han actuado frente al desenfreno ciberutópico e irresponsable de las pantallas en las aulas.

«Volver a los libros de texto: hablan los padres que iniciaron la revolución» dice el título; y «Este puñado de padres lo advirtió desde el principio: sustituir los libros de texto por dispositivos digitales perjudica a nuestros hijos. Se enfrentaron a colegios, tecnológicas y autoridades educativas. Ahora, los expertos les han dado la razón y su lucha ha propiciado incluso cambios legislativos. «Es hora de acabar con este experimento macabro», resume la entradilla.

Así dicen que empezó todo:

«Los libros de texto serán eliminados el próximo curso. En su lugar, cada alumno dispondrá de un dispositivo digital de forma individual».

Así, sin encomendarse ni a la razón, ni a la experimentación previa, ni atendiendo a los expertos, es decir, sin reflexión alguna, recibieron la noticia la mayoría de los padres en los centros públicos y privados de España desde 2015, cuando los primeros centros implantaron este modelo pedagógico llamado one to one (un ordenador/un alumno). «Un modelo que –cuentan los padres– casi todo el mundo aceptó» y muchos incluidos equipos directivos y Ampas, yo fui testigo directorecibieron con los brazos abiertos. (Es lo que tiene el brillo deslumbrante y juguetón de los dispositivos). De hecho, sus primeros movimientos de protesta fueron rechazados por equipos directivos, inspecciones educativas, Consejerías de Educación, Defensores del Pueblo y el silencio incomprensión de la sociedad en general.

Los hacedores del cambio. De izda. a dcha.: los ‘padres rebeldes’ Gil Campos, María Buyo, Óscar Daza, Amparo Baviera y Laura Sánchez. Y entre estas dos últimas, el profesor ‘insumiso’ Fernando de la Cueva.

En realidad, ellos no lo dicen, pero todo empezó mucho antes. Casi veinte años antes: los transcurridos desde que la sociedad (el mercado, las empresas de distribución, las administraciones, los medios, los supuestos expertos, los usuarios, padres incluidos…) recibieron con los brazos abiertos y sin sentido crítico alguno la manzana envenenada del gratis total de las grandes corporaciones tecnológicas. Parece que ahora saben que el regalo era tóxico.

«Hemos sufrido las consecuencias de un experimento a gran escala con nuestros hijos» con la excusa de que «había que dar a los niños formación en competencias digitales» en cuya definición, sin embargo, «no se reconocen como tales estudiar o leer en una pantalla ni ver vídeos en clase, como hacen hoy algunos docentes en sustitución a sus propias explicaciones», sino que consisten en «enseñar a los menores a utilizar la tecnología digital teniendo en cuenta su seguridad, su bienestar y su salud».

Aun así, hoy, a pesar de la abundancia de estudios y diagnósticos negativos de los expertos, todavía sigue habiendo miles de alumnos y centenares de centros que continúan con las pantallas como metodología educativa básica. Y los gobiernos y administraciones, aunque empiezan a dar pasos, se muestran mucho más lentos en su retirada que cuando los impusieron sin paliativos.

«Si no es por intereses económicos, no se entiende que no los retiren de una vez ahora que ya saben que están hundiendo la formación, la seguridad y la salud de los chavales –afirman los padres–. Y que los quiten ya de secundaria, que es donde está el gran problema. ¡Por favor, aceleren el final de este experimento macabro!».

En un momento dado, se perdió el control. Y no solo con las tabletas de los coles…:

«Pasé de poner las reglas sobre pantallas en casa a, con el Chromebook, perder ese poder. Y la bajada de notas fue espectacular», cuenta una de las madres. Ya me contarán cómo se controla ese dispositivo que cada hijo adolescente lleva en el bolsillo.

Niña y niño de Primaria usando una tablet juntos en clase.

Midjourney-RG

Y es que no solo han quedado patentes los muchos efectos negativos que hemos analizado aquí en múltiples ocasiones por cierto, desde hace veinte años sino que, además, el reportaje señala un problema que, aunque pasa más desapercibido, es clave. Y es que las herramientas digitales de empresas como Apple, Microsoft y Google, son uno de los acumuladores mundiales de datos personales y de comportamiento de los menores a través de sus plataformas “educativas” tal y como afirma la Agencia Española de Protección de Datos, que «en un informe de 2024 desaconsejaba el uso educativo de Google Workspace for Education» y afirmaba quela recogida invasiva de información personal, la posibilidad de usarla para elaborar perfiles y que esta información pueda transferirse a terceros son un riesgo innecesario […] que amenaza la privacidad de los menores”». Aunque supongo que sabrán que ocurre exactamente lo mismo en Instagram,TikTok, YouTube, Google, ChatGPT… y en todos los móviles, incluidos los de todos nosotros, los padres.

«El problema es que detrás de todo esto hay un negocio bestial –señalan los padres–. La industria de la tecnología educativa moverá este año 400.000 millones de dólares» y «es evidente que a muchos centros y a los políticos les interesa más el negocio de la educación digital que la protección de nuestros hijos».

No cabe duda: el dinero es uno de los problemas, aunque no el único. En este blog, hemos analizado otros muchos. Algunos están bien expuestos en este vídeo del Movimiento OFF con su manifiesto final:


Y es interesante el repertorio de 12 medidas que se plantean en Desempantallados, en plan un poco de “pida usted lo imposible”:

 12 MEDIDAS PARA UNA SANA, SEGURA Y ADECUADA EDUCACIÓN EN COMPETENCIAS DIGITALES

1: Los alumnos estudiarán con libros de texto en papel.

2: Los centros educativos serán los propietarios de los dispositivos digitales.

3: Sólo podrán usarse los dispositivos digitales en aulas y centros que cuenten con docentes acreditados.

4: El uso de los dispositivos digitales será exclusivo para el desarrollo de las competencias digitales reconocidas por la Unión Europea y la Administración Pública

5: La introducción del uso de los dispositivos digitales se hará atendiendo al estado madurativo del menor y a sus necesidades educativas especiales

6: Utilización de los dispositivos digitales sólo en aulas y centros que aseguren la protección del menor a su acceso a programas y páginas aptas para su edad.

7: Cumplimiento de la normativa de protección de datos (LOPD) y asunción de la responsabilidad civil por parte del centro educativo y de los propietarios y administradores de los dispositivos digitales.

8: Establecimiento de un contrato de responsabilidad entre colegio, familias y alumnos previo al uso de los dispositivos.

9: Comunicación por parte de los colegios del tipo de formación digital que han decidido implantar, de cara a respetar la libertad de elección de centro.

10: Establecimiento de una ruta de formación de competencias digitales coherente y clara e integrada dentro del plan general de educación de los estudiantes.

11: Verificación de los procesos y programas propuestos para la educación de los niños y adolescentes antes de su implantación en el sistema educativo.

12: Establecer un sistema de monitoreo de los efectos de la digitalización en los centros educativos.

Han tardado, pero están en marcha que es lo que importa. Más vale tarde. Bienvenidos.

Referencias

Reportaje de XLSemanal

Desempantallados

Manifiesto 12 medidas

Adolescentes libres de móviles

Movimiento por una Escuela Off

Plataforma para un uso regulado de las pantallas