Ignacio Ramonet, Director de Le Monde Diplomatique escribió hace unos años un libro muy recomendable titulado La tiranía de la comunicación. Ayer  le acaban de dar el VII Premio Antonio Asensio de periodismo. A menudo, la ideología, tiñe de rojo fuerte su visión de la realidad, pero su análisis del mundo mediático siempre me ha parecido esclarecedor. En una entrevista previa y en la entrega del premio dice algunas cosas interesantes respecto a la situación del periodismo actual y, por tanto, del mundo posmoderno de  la información que concuerdan con algunas ideas que hemos vertido aquí en otros post. Por ejemplo:
Todo el mundo es periodista

«No es casualidad que Superman, Spiderman o Tintín fueran periodistas. Pero hoy el periodista ya no es un héroe. Para la gran mayoría la situación laboral se degrada, e internet ha provocado una crisis de identidad. Los medios dominantes son las redes sociales. Hoy hay un discurso que consiste en decir que todo el mundo es periodista».

Internet

«Internet está produciendo un fenómeno que yo llamo la inseguridad informativa. Está lleno de informaciones falsas y de rumores, que a partir del momento en que un medio creíble las reproduce se convierten en verdades, […]. Luego estamos inmersos en una carrera por la inmediatez, que no siempre es sinónimo de calidad».

Sobreinformación

«Se produce hoy lo que llamo la censura democrática. En realidad todos estamos tan asfixiados de información, tenemos tanta, que no sabemos cuál es la que falta. Es decir, no tenemos ni tiempo de preguntarnos cuál es la que no nos dieron. Antes, entre la información y la opinión pública había la barrera del poder. Hoy se ha construido una nueva barrera, que paradójicamente es la de la información. Hay un muro en el que la información no deja pasar la información»

«La masa de información oculta supera en muchos temas lo imaginable».

Entretenimiento

«Últimamente, algunos grandes conglomerados de comunicación de talla continental y hasta planetaria quieren convertir el periodismo en un entretenimiento domesticado, en una aborrecible simplificación de la realidad. Lo importante se diluye en lo trivial y el sensacionalismo sustituye a la explicación».

El papel del periodista

«Creo que llega un momento en que el periodista no debe limitarse a reflejar una situación, debe hacer propuestas. Como actor intelectual puede sugerir pistas para buscar soluciones». «El periodista debe reafirmar su rabiosa voluntad de saber y comprender para poder transmitir». «Cuando todos los medios se dejan arrastrar por la velocidad y la instantaneidad el periodista debe considerar que lo importante es frenar, ralentizar, concederse tiempo para la duda, el análisis y la reflexión. La información es algo muy serio, porque de su calidad depende la calidad de la democracia».

Crisis de identidad

«La prensa escrita –ha señalado– vive uno de los momentos más difíciles, y el periodismo atraviesa por una grave crisis de identidad. Lo digo sin nostalgia, porque no creo que haya existido una edad de oro del periodismo. Hacer periodismo de calidad jamás ha sido fácil, siempre ha comportado riesgos y amenazas: el poder político y el poder del dinero, y a menudo los dos, han tratado siempre de coartar su libertad».

¿Cabe suponer que a muchos de los asistentes pertenecientes al Grupo Zeta se darían quizá por aludidos?

Lean periódicos, no los consuman o serán consumidos por ellos.