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«La palabra es el vínculo de la humanidad», proclama una placa de piedra sobre la fachada de un palacio del siglo XVIII en la localidad manchega de Quero donde se alberga desde julio de este año el Museo de la Palabra. Se trata de una iniciativa de una fundación promovida por César Egido que en su blog ―(http://www.cesaregido.com/)― afirma que «La palabra se configura, como la principal herramienta de la cultura».

«Como si fuese una locura del Quijote que anduvo por aquellas tierras de La Mancha, se trata de un museo que no expondrá nada. En sus salas vacías tratará de albergar nada más y nada menos que la palabra.

Desde este blog que tanto insiste en la necesidad de la palabra para mantener un pensamiento fuerte en el océano de emociones imaginadas; en la urgencia de una verdadera tolerancia que permita el debate profundo de los temas que nos afectan, más allá del exabrupto televisiva, la píldora tertuliana o el eslogan mediático-político; en la exigencia de un verdadero talante que propicie la búsqueda de la verdad, ese lugar de encuentro común más allá del aislamiento del relativismo individualista de la posmodernidad… Desde este blog que utiliza la palabra como herramienta básica de comunicación, aplaudimos la iniciativa de César Egido Serrano que sin un duro de ayudas oficiales, ha apostado por poner en marcha esta utópica iniciativa. Como él dice, «ojo, porque a veces, las utopías se cumplen».

Sólo espero que no sea el primer signo de que la palabra es un bien tan escaso que empieza a precisar la creación de reductos artificiales en los que poder utilizarla; una especie en peligro de extinción necesitada de iniciativas para su conservación; una rara avis tan exótica que es preciso exponerla para que las nuevas generaciones se aproximen a una realidad completamente desconocida para ellos, tal y como hacen ahora en las granjas escuela a donde acuden a ver, como en un reallity, la historia verdadera del huevo y la gallina de los que sólo tienen noticia en los envases del supermercado bajo el sonsonete del hilo musical y las escaleras mecánicas. Un síntoma, en fin, de que, en realidad, la palabra es sólo letra muerta y por eso pasa a ser categoría museística.

En cualquier caso, se trata de un lugar para hablar. Bienvenido sea.

Vean televisión, no la consuman o serán consumidos por ella.