Hemos publicado muchas veces la perversa relación del consumo de pantallas y el tiempo vital de los ciudadanos. Una persona que pase dos horas y media al día viendo la tele, cuando cumpla ochenta años habrá estado 10 años de su vida sentada viendo la televisión, es decir, dejando de hacer otras muchas cosas. Ahora resulta,  además,  que es dudoso que llegue a esa edad longeva porque el estilo sedentario que conlleva sentarse ante una pantalla, acorta también su vida cronológica.
El British Journal of Sports Medicine ha dado a conocer el resultado de una investigación médica llevada a cabo en la Universidad de Queensland, Australia, cuya conclusión es la siguiente: el tiempo consumido en ver televisión, puede estar asociado a una pérdida de vida comparable a otros grandes factores de riesgo de enfermedades crónicas como la inactividad física, el tabaco o la obesidad.

El estudio se realizó entre 1999 y 2000. Fueron entrevistadas once mil personas mayores de 25 años, para conocer el tiempo que dedicaban a ver la televisión, DVDs y vídeos en Internet. En comparación con las personas que no ven televisión, los que pasan un promedio de vida útil de 6 horas al día viendo la televisión pueden esperar vivir 4,8 años menos. En promedio, cada hora de televisión vista después de los 25 años reduce la esperanza de vida del espectador en 21,8 minutos.

La televisión que como todo el mundo sabe, bien usada y en su justa medida es un magnífico entretenimiento, etc…  a grandes dosis acorta la vida y no te deja vivir la tuya. Vives viendo cómo viven los demás, es decir, malvives; dejas de tener experiencias propias para tenerlas solamente vicarias, ajenas. El tiempo que consumes en ver televisión te acaba en definitiva consumiendo. Era un matarratos y se ha llegado a convertir en un matapersonas.