Tuve ocasión de contemplar el espectáculo Iceberg que corona cada día la jornada EXPO en las riberas del Ebro zaragozano. El nombre le va bien. No tanto porque represente un iceberg en deshielo por el Cambio, sino porque se trata de un atroz espectáculo duro y frío como el hielo que esconde su apocalíptico y tremendista planteamiento. La música, espantosa. Las imágenes, una acumulación reiterativa de basuras, residuos, envases, cerdos sacrificados, árboles caídos, aguas estancadas, procesos industriales, humos… El hombre, un robótico, deshumanizado y horrendo mecanismo que nos mira con un ojo entre enloquecido y aterrador. Y el final, ese rostro de niño que quiere ser imagen de esperanza, pero que a mí, en ese marco general de fin del mundo, no dejó de recordarme a los cientos de miles de niños que se arrojan cada año a los cubos de basura clínica del aborto como un residuo más. Espeluznante. Es así que a su término, entre los miles de personas que nos apretujamos en el anfiteatro, se producen unos tímidos aplausos y todo el mundo, después de la jornada consumista, juguetona y superficial que plantea el recinto festivo , marcha con la sonrisa congelada y el alma triste como pensando «qué he hecho yo para merecer esto». Dudo que ninguno de los que allí estábamos, queramos repetir una sola vez más semejante tortura y no pude menos que compararlo con el final de fiesta de la EXPO sevillana en la que el agua, la luz y la música combinaban un espectáculo visual maravilloso que te alegraba el alma y te hacía volver una y otra vez a querer repetirlo con la emoción infantil de la primera vez. Apoteosis sevillana. Zaragozano apocalipsis.
Si el objetivo es el dudosamente pedagógico de la ecología del miedo, la prueba se supera ampliamente y el fracaso educativo se concreta del todo: nunca el miedo nos puede enseñar nada y mucho menos conseguirá jamás movernos a la acción sino, al contrario, nos paralizará o nos hará iniciar la huida hacia delante en un sálvese quien pueda del anunciado desastre final.
Comentando con Bea estas impresiones que compartíamos, me llamó la atención sobre la macabra contradicción de que en el pabellón erizo del Agua Extrema, el espectáculo consista en que la gente se agita y se asusta divertida ―aunque el susto y la diversión sean mínimos― con una torpe representación del Tsunami del Índico, convirtiendo la catástrofe y las víctimas del tsunami y del camping de Biescas en un divertimento de feria. No se las recomiendo. Ni una, ni otra. Vayan, en cambio, al Pabellón de Acciona y sumérjanse en un baño de imágenes realmente brillante y, sobre todo, no se pierdan el magnífico vídeo del Pabellón aragonés que firma Carlos Saura. Dos imágenes que merecen la pena.
Me ha encantado la reflexión. La comparto, además.
Este blog mola.
You´ll never walk alone!!
Boza presidente
he firmado mal
Claro, es mejor que todo sea bonito y perfectamente consumible. No queremos saber nada de hambre, ni de guerra , ni de enfermedad, aunque lamentablemente sea lo que nos rodea.
es mejor que nos diviertan y nos hagan olvidarnos de todas esas cosas, no???
si señor, no se puede decir mejor. toda la razón amigo. mira lo que le dediqué yo en su día.
http://diarioquepues.blogspot.com/2008/07/quepues-en-la-expo-hoy-el-iceberg.html
lo peor de todo, es que los que odiamos el iceberg, dicen que no lo entendemos..
claro que lo entendemos. es criminal. por favor copia y pega el enlace y me cuentas.
abrazos.
de acuerdo con el amigo maquinista. mola este blog.
agustin
http://diarioquepues.blogspot.com/2008/07/quepues-en-la-expo-hoy-el-iceberg.html
el enlace de arriba está mal. a ver ahora.
gracias compañeros.
creo que no soy capaz de poner el enlace.
a ver ahora. a la tercera va la vencida no? pues eso.
http://diarioquepues.blogspot.com/2008/07/quepues-en-la-expo-hoy-el-iceberg.html
pues no, siento llenar esto de comentarios para mostrar mi torpeza, pero se me queda pequeño el cuadrito.
pero a grandes males, grandes remedios.
por favor , poned en google,
quepues iceberg
y la primera entrada, no busqueis mas.
gracias y perdon.
fuera el iceberg.
abrazos.
agustin martin
Una reflexión muy acertada en mi opinión.
Saludos
los comentarios que haceis sobre el espectaculo iceberg me parecen los normales y tipicos de unos culturetas como los que debeis o aparentais ser.
El espectaculo, que en definitiva es lo que es, un espectaculo, se considera genial por la gran parte del publico que aplaude hasta en tres ocasiones cuando este acaba. Por algo sera. Si quereis algo divertido teneis Port Aventura, Terra Mitica o similar. Siento vuestra opinion tan negativa, quizas no sabeis ver mas de vuestros libros.
ESTOY DEACUERDO CON EL SR. ANONIMO. ME ENCANTA EL ICEBERG Y ME ENCANTA LA MUSICA QUE TIENE.
lO VEO MUY ADECUADO PARA SENSIBILIZAR AUNQUE SEA DE UNA FORMA TAN DURA Y DIRECTA, NO TODO VAN A SER FLORES Y CURSILADAS QUE PARA ESO YA ESTAN LAS TELEVISIONES. NO HAY MAS QUE VER CUALQUIER CANAL A CUALQUIER HORA QUE NOS OFRECEN ESTUPIDECES. LASTIMA QUE SE ACABA LA EXPO Y NO PODREMOS SEGUIR DISFRUTANDO DE UNA DE ESTAS PERLAS QUE SE PUEDEN DISFRUTAR CADA NOCHE DENTRO DEL RECINTO. lO SIENTO POR LOS QUE NO LES GUSTA, POR CIERTO, MUY BUENA LA TERCERA PARTE DEL HOMBRE VERTIENTE Y EL CABARET. SALUDOS
Aunque he llegado un poco tarde a este blog, me voy a ver buceando por todo lo escrito hasta la fecha de hoy. Esta crítica al Iceberg no hace sino reflejar una opinión, compartida mucho más que el pabellón que llevaba dicho nombre, por más de uno y más de… ¡muchisimos!. a excepción de los comentaristas anónimos que tanto gustan de quedar al margen de una respuesta. En fin, muy bien explicado, muy bien escrito y sobre todo muy acorde con la opinión de mucha más gente.