Hace unos días vimos el vídeo infográfico de Annie Leonard y nos preguntábamos si nuestro activismo asociativo ante el consumo de pantallas no debería acudir a estrategias parecidas. Hay que explicarse y hacer llegar nuestro mensaje.
He aquí otro modelo de expresión en el que también podríamos mirarnos para empezar a actuar en la calle. El nombre –policía del amor– es lamentable; algunas de las cosas que dicen son muy discutibles; otras son sorprendentemente frescas, provocadoras, deliciosamente incorrectas. En algunos momentos especialmente brillantes, el megáfono es como un estilete que atraviesa la espesa neblina medioambiental en la que parecen vivir todos los que escuchan, entran, salen y pasan.
Cualquier día de estos dejo el blog y megáfono en ristre busco el contacto directo con la ciudadanía. ¿Alguno de vosotros me acompañaría?
No se me había ocurrido ver un megáfono como un estilete… Que tengamos que usarlo para ser, al menos, oídos…
Un saludo
Bueno, bueno, NO cuentes conmigo, Me moriría de la vergüenza.
Bueno, bueno, NO cuentes conmigo, Me moriría de la vergüenza.
Además, no tengo claro lo ético de «entrar» en el silencio personal, y menos aún cuando se señala a personas concretas. Mi impresión es que no es correcto.
José Luis
yo SI me apunto!!!!!!
¡¡¡ RAMÓN MASATS !!! … No se lo pierdan xD, XD !!!!!
Es el fotógrafo de hoy, 15 de agosto.
Bea, te «veo» perfectamente con megáfono en ristre.
sí, sí… probando, probando…