«No estás deprimido, estás distraído. Distraído de la vida que te puebla. Distraído de la vida que te rodea […]
No estás deprimido, estás distraído. Por eso crees que perdiste algo, lo que es imposible, porque todo te fue dado. No hiciste ni un sólo pelo de tu cabeza, por lo tanto no puedes ser dueño de nada y nada puedes perder. Además, la vida no te quita cosas, te libera de ellas… te alivia para que vueles más alto, para que alcances la plenitud. […]
Facundo Cabral
No estoy yo muy de acuerdo con eso de que la vida te libera de las cosas… Creo que, más bien, las coloca delante y nosotros nos olvidamos de mirarlas…
Un saludo.
Buen tipo este Facundo Cabral. Lo vi en directo en la primavera de mi juventud y aún charlé con él tras su actuación. Me encantaban, entonces, sus filosofías melodiadas en las que encontraba yo apoyos para ir tirando por la vida. Era la época en la que tras el colegio te alejas, casi sin advertirlo, de la religión que aún no has hacho tuya. Más tarde, siendo ya padre, me ponía en casa los vinilos de Facundo y notaba que ya no me servían, como antes, los versos de sus canciones. Eran originales, sí, pero sólo eso. Poco a poco comprendí lo inconsistente del verbo fácil y excesivo.
Pepe: ¿podrías incorporar el texto eludido por los puntos suspensivos que has puesto tras «…, te linera de ellas»? Es que tal como está, el texto no queda muy inteligible. Al menos para mí.
Nacemos dormidos, aunque curiosos, y llevamos dentro de nosotros un deseo difuso de ser.
A fuerza de no dar con lo que puede saciarnos, vamos achicando los deseos y concretándolos: familia, trabajo, casa,…que son aspiraciones muy nobles y a gran distancia de la exasperación de los sentidos, pero algo principal falta que no nos deja ser.
Por ejemplo: hablan los compañeros que se jubilan de la importancia de tener un hobby que absorba el tiempo; para nosotros, la programación del tiempo libre merece una agenda que no permita huecos; la satisfacción que perseguimos con películas, libros, viajes, discos, cenas, salidas, ejercicio o estar informado e integrado; estos ejemplos nos introducen en mucha actividad pero tampoco con eso sentimos que somos.
”No estás deprimido, estás distraído. Distraído de la vida que te puebla. Distraído de la vida que te rodea;”
Estas palabras expresan nuestra incapacidad de penetrar en las cosas, en los acontecimientos, en las otras personas y en nosotros mismos. Vale la pena hacer por ‘despertar’ y estar muy alerta a los que nos ‘duerme’.
Nos duerme lo que nos distrae y convierte nuestras decisiones en automáticas. Estamos constituidos por el instante que habitamos y le damos un acertado significado si nuestros principios participan en cómo ese instante es decidido. Ser más libre es estar más despierto.
Si entramos a dialogar con cada momento para ver qué lo decide, vamos desasiéndonos de los que nos aturde y empezamos a ser más felices. Y no proviene la felicidad de los antiguos deseos cumplidos, sino que nace de la nueva forma de desear que nos acompaña.
«Había venido de visita breve a este Blog y estoy dispuesta a quedarme más tiempo» (anónima dijo…).
Espero que no nos dejes nunca, Susana; esta singladura necesita tripulantes como tú.
Tu traducción de las palabras de Cabral es extraordinaria. Pura cirugía de la existencia, de sus potenciales y sus déficits. Del manejo del instante para hacerlo favorable o aniquilador. Aportas, tal vez sin quererlo expresamente, una excelente didáctica de la reflexión: claridad+sencillez=profundidad.
Un saludo y muchas gracias.
P.D. Noto que no he sido del todo justo con Cabral. Observo que la edad le ha perfeccionado ¡claro! y el texto que nos traes, Pepe, tendrá el verbo fácil, pero en ningún modo, excesivo.
Amigos, la intención de esa breve cita de Cabral era sólo para ponerla en relación con el tema que ya sabéis está siempre presente en el blog de la distracción y el consumo como ingredientes básicos del medioambiente simbólico de las pantallas exacerbado hoy más aún por la extensión vírica y exponencial de la Red. Distracción frente a lucidez y reflexión. Diversión frente a disfrute y gozo. Consumo frente a vacío.
No falta nada, José Luis, tras los puntos suspensivos. Cabral creo que nos dice que cuando esa sensación de pérdida que lleva a la necesidad de llenar nuestras alforjas, no es tal pérdida sino liberación para volar más alto, desprendido, para llegar más lejos, más libres y más despiertos, como dice Susan.
Es bonito eso, Negre, de que ignoramos las cosas porque nos olvidamos de mirarlas. Creo que hablas de algo muy distinto del texto de Facundo Cabral. Él habla de desprendimiento y de libertad. Tú de contemplación y capacidad poética que, en el fondo es otra forma de desprendimiento. Hay que estar fuera de las cosas, sin poseerlas para poderlas mirar de un modo que nos las haga ver de verdad.
Gracias, Pepe. Oye, si tienes el texto completo me encantaría que me lo mandes a mi correo.