Sin embargo, hay una declaración de Nadezhda Prushenkova, redactora del periódico, a la agencia Efe y que reproduce ABC, que estremece por su contundencia y por su significado y que no lleva precisamente al optimismo: «Lo más terrible es que desde su asesinato en Rusia prácticamente ha muerto el periodismo valiente, directo y desafiante que ella practicaba. Ni siquiera los que encargaron el asesinato pensaban que lograrían que la sociedad cambiara tanto con la desaparición de Politkóvskaya (…), justo cuando más se necesitan profesionales con coraje»». Ojalá se equivoque.
Según la UPR, (Unión de Periodistas de Rusia), 330 periodistas han muerto en Rusia desde la caída de la Unión Soviética. En los últimos años han sido asesinados cuatro reporteros de «Nóvaya Gazeta«, la publicación más crítica con la gestión del Vladímir Putin, donde Politkóvskaya trabajó desde 1999 hasta el día de su muerte.
Podéis leer una breve crónica de su vida y obra aquí.
¡Viva Krishenkova y el periodismo vivido con sentido y vocación! Sólo nos queda él para defender la libertad social: desenmascarar la mentira ¡qué gran servicio!
Siempre me asombra la cantidad de noticias que hay para contar y nunca nos cuentan y la cantidad de tonterías que nos cuentan y no tienen ningún interés.
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¡Vivan!, José Luis.
Ese es el periodismo que está en crisis, amigo. No hace falta morir
-no muere el periodista, lo matan los amigos de la mentira-, pero sí dar la vida en una profesión en la que están en juego tantas cosas para tantas personas.
La información está llena de insignificancias, Amanda y son tantas que tapan lo verdaderamente significativo. Así son las cosas y así se las hemos contado, amiga.